lunes, 25 de abril de 2011

No aprendí a ser señorita
pero la fragilidad me brotó con el llanto al nacer.
son esas cosas que vienen de la mano con uno mismo
que te ayudan a mascar cada palabra
hasta liberarla en forma de rebeldía
y que revolucione hasta el rincón más oscuro
de las almas de quienes quieran mirarla.
Nadie me enseñó a renacer
eso también vino con el llanto
que vuelve a renovar los instantes
en los que perdura la vida misma
y le da vueltas
y vueltas
y la hace (in)comprensible
en forma y contenido
en colores y estructura
que llena y vacía
de sentido.
Todo se agiganta, se dilata y se expande
todo no significa nada

2 comentarios:

Leel dijo...

Lo amé =')

Antonieta dijo...

La importancia de SER humano.

Podriamos vernos, ya que sali corriendo el jueves jajajajaja

besos