domingo, 22 de julio de 2012

Dígalo despacito

Los gritos siempre salen por algún lado. Por una barricada, por la impaciencia, por lo que debería gritarse siempre. Mientras usted duerme, hay un pueblo que se desvela en un grito. Mientras usted borra siempre hay manos que escriben, que reviven la historia y la sacan de los libros y la llevan a la calle, al lugar donde debería estar. Mientras tú apaciguas, hay voces que agitan cada edificio, cada vidrio y cada árbol. Porque hay alambres que no desaparecen, porque hay balas que nunca abandonan nuestra carne, porque hay desaparecidos que nunca se van, porque hay fuegos que nunca se apagan, porque hay una memoria que no se derrumba.

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