Hablé de ser diferente.
De encontrar
algo por lo que vivir.
Algo por lo que pelear.
Por primera vez
sentí
no estar
sola.
Un cómplice
perfecto.
Gracias Gerardo Naranjo.
Hablé del amor
de reencontrarme
y reconocerme en tus ojos.
De recostarnos un rato en el pasto
y sentir, por un instante
que somos los únicos.
Por una milésima de segundo
sentir que no hay nadie más.
Apretar un botón
y que todo se vaya a la mierda
por un buen rato
mientras nos reimos
y hacemos promesas
para darnos cuenta
que si no nos tenemos a nosotros
no tenemos nada.
domingo, 23 de agosto de 2009
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1 comentario:
quiero tanto verla! te quedo muy bonito =)
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